Acerca de este curso
Cada uno somos hijo o hija de, hayamos conocido o no a nuestros padres, estén muertos o estén vivos. Estamos hechos de ellos. Nuestros cromosomas son sus cromosomas. Somos cada uno una mezcla única de ellos dos.
En y a través de nosotros, los sistemas familiares maternos y paternos de origen continúan su servicio a la humanidad. Somos un eslabón más, siempre fusión del pasado, creando un nuevo presente, paso hacia algo nuevo.
Al aceptar incondicionalmente a nuestros padres como nuestros progenitores, los hayamos conocido o no, aceptamos incondicionalmente la vida y nos realizamos plenamente como seres vivos.
En este taller trabajaremos los siguientes temas:
- Encontrar nuestro lugar con respecto a nuestros padres: quien se reconoce hijo de sus padres y está en su lugar en la familia (no prefiere a uno sobre el otro, no se siente amigo, novio, preferido de uno de los dos, no se siente padre, madre protector de sus padres) se encuentra en su lugar en todos los sistemas a los que pertenece y su vida fluye.
- Tomar a nuestros padres: Al tomar a nuestros padres como padres y como son entran en nuestra vida en éxito en las facetas que representan:
Padre: salud mental, fuerza, compromiso, relaciones sociales, trabajo
Madre: salud física, pareja, abundancia y dinero, éxito
- Los hermanos; dificultades con los hermanos
- La esterilidad, la adopción, la reproducción asistida, los abortos.
- Los hijos: Los pequeños y pequeñas del sistema, con su amor incondicional, toman las cargas más duras del sistema. Los hijos no pueden decidir liberarse de las cargas, los adultos si. Es el deber de los padres liberar a sus hijos de las cargas que les transmiten: asuntos no resueltos por los ancestros anteriores, asuntos no resueltos por ellos mismos: si un progenitor ha hecho daño y no lo ha asumido, el hijo lo asumirá por él sufriendo fracaso escolar, bullying etc.