Programa

Las constelaciones son por una parte una filosofía de vida y, por otra, una herramienta de crecimiento personal. Son una herramienta para poder ver y sanar cuestiones de nuestro pasado que nos bloquean. Mientras somos jóvenes podemos pensar que somos seres individuales y que nuestro éxito sólo depende de nosotros, pero con el tiempo vemos como hay facetas de nuestra vida en las que tenemos dificultades una y otra vez. 

Con las constelaciones familiares lo que hacemos es desplegar fuera de nosotros esa dificultad para ver dónde se originó, descubriendo que  algunas veces fue generaciones atrás. Esto se hace a través de representantes. Podemos representar a cualquier persona viva o muerta o algo abstracto como el amor, la enfermedad. A partir del movimiento de los representantes y de su sentir, nos llega información sobre el presente  y el pasado de la persona constelada. Y a través de las decisiones conscientes de la persona y de su movimiento interno se puede llegar a cambios profundos en su vida. 

¿Cómo nos vinculamos con los ancestros? A la vez que recibimos toda la información genética de nuestro sistema familiar, en constelaciones comprobamos como cada persona recibe parte de las cargas emocionales no resueltas. Las dinámicas sistémicas más frecuentes son: “Yo como tú”, es decir, la repetición de patrones y de situaciones y, “Yo por ti”, la compensación de los daños no asumidos a través del sufrimiento y el fracaso del descendiente. 

En la constelación se trata de llegar a esta promesa inconsciente, hecha desde el estado niño, para poder dejarla en el pasado y poder compensar desde el estado adulto: “ todo terminó, ya no hay nada que pagar” “Elijo la vida, la alegría, el presente al precio que os costó a vosotros”

 

En este curso trabajaremos los siguientes temas:

– Origen de las constelaciones familiares

– El movimiento de los representantes

– Las dinámicas sistémicas

– Qué, cuándo, para quién puedo constelar

– La pedagogía sistémica. Los límites del profesor. 

Son las leyes sistémicas que permiten estar en nuestro lugar y que nuestras relaciones sean armoniosas. El docente necesita conocer estas fuerzas e integrarlas en su vida para poder estar disponible para transmitir sus conocimientos y que éstos lleguen al alumnado. 

La primera fuerza es el asentimiento: todo es como es y todos son como son. Gran parte de los conflictos que experimentamos en la vida tienen que ver con no aceptar a los demás como son y querer cambiarlos.

La segunda fuerza es la jerarquía. Este tema lo vamos a desarrollar más profundamente en el tercero y el cuarto curso. Somos energía materializada en el tiempo y en el espacio. Es decir, todos tenemos un lugar específico. Si por motivos sistémicos no estamos en nuestro lugar en nuestra familia, seguramente estaremos desordenados en todos los sistemas de los que formamos parte. Si no respeto a mis padres es posible que esto tenga un reflejo en la relación con mis jefes y en las escuela, con los alumnos o los padres de los alumnos. 

La tercera fuerza es la pertenencia. Vemos que todo pertenece, es también una característica de la energía. Todos tenemos un lugar en el universo y cuando alguien es excluido va a haber otra persona que va a representarlo. No puede ser de otra manera.  En la escuela puede ser un profesor el que lleve esta emoción de no ser visto por nadie o puede ser que el excluido sea un alumno. Estas exclusiones siempre muestran a un excluido que con ayuda de las constelaciones se pueden reincluir. 

La cuarta fuerza es el equilibrio entre el dar y el recibir en las relaciones personales y la integración de las polaridades y la reconciliación. Todo existe con su contrario y la posibilidad de ser agente de reconciliación en la escuela es un gran servicio a la vida. Poder mirar de la misma manera a cada persona sin juzgar y darnos cuenta de nuestra responsabilidad en ser instrumento de paz y de reconciliación. Poder despegarse de nuestras fidelidades a creencias, valores,  grupos de pertenencia y campos mórficos que nos mantienen en la superioridad y en el conflicto.

¿Qué vamos a trabajar en el curso?

– Mi actitud personal en cuánto a las fuerzas del amor:

¿Asiento a la vida como es; asiento a todos como son, asiento a como soy?

¿ Respeto las prioridades? ¿Ocupo mi lugar en mi familia? Como espejo de esto,¿ ocupo mi lugar en los demás sistemas a los que pertenezco?

¿Me incluyo e incluyo a los demás?

¿Reconcilio opuestos? ¿Soy consciente del daño que hago a los demás?

En este curso vamos a trabajar nuestro orden en la familia con respecto a nuestros padres y hermanos porque la falta de orden se refleja en la escuela a través de los conflictos con los demás componentes de la comunidad escolar. No hay que olvidar que cualquier conflicto con alguien de fuera de la familia es un espejo de un conflicto familiar no resuelto. Un conflicto con alguien de dirección puede ser el espejo de un conflicto con mis padres, un conflicto con alumnos puede ser un conflicto con mis padres o  con mis hijos y un conflicto con mis compañeros puede ser algo no reconocido entre hermanos. 

En este curso vamos a trabajar los temas siguientes;

– Encontrar mi lugar

– Tomar a mis padres

– La relación con mis hermanos

“Cada uno en su lugar para poder enseñar” 

Esta frase emblemática de la Pedagogía Sistémica nos habla de la importancia de los límites de la ayuda en la educación. El profesor necesita encontrar su sitio con respecto a todos los agentes educativos para poder enseñar. El alumno necesita saberse en buenas manos para poder aprender y esto lo consigue a través del respeto de los profesores por sus padres y sus circunstancias familiares, sean estas las que sean y por la confianza de sus padres en los profesores y en la escuela. En el aula no solo están los profesores y los alumnos, también están presentes los padres de los alumnos y los padres del profesor. Está también la historia personal del profesor y de cada familia. 

En este curso trabajaremos los siguientes temas: 

– Mi relación con el Departamento de Educación

– Mi relación con mis compañeros

– La jerarquía en el centro: el lugar de cada persona

– Mi relación con los alumnos

– Mi relación con las familias

Como ha demostrado la física cuántica, la mirada influye en lo que se observa y la transformación de lo observado transforma al observador. Esto echa por tierra la idea de que existe un observador neutro. El profesor no es un observador neutro, el profesor interviene en todo lo que observa y lo que observa, lo que siente y lo que hace está dirigido por su inconsciente y es su responsabilidad. Ya no sirve mirar a los alumnos o a las familias y pensar que yo no tengo ninguna responsabilidad, que todo está fuera. 

En este curso vamos a trabajar los temas siguientes: 

–  La mirada de juicio, de pena, cómo mirar.

–  El amor de los hijos a los padres. Qué significan los síntomas y desórdenes

– Trabajar en mi los espejos

Vivimos gracias a la ayuda de otros. Ayudar es una compensación que forma parte de la Vida.

“Los humanos dependemos, en todos los sentidos, de la ayuda de otros. Únicamente así podemos desarrollarnos. Al mismo tiempo, también dependemos de ayudar a otros. Quien no es necesario, quien no puede ayudar a otros, acaba solo y atrofiado. La ayuda, por tanto, no sólo sirve a los demás, también nos sirve a nosotros mismos.”

En la escuela muchas veces sentimos ese impulso de ayudar a otros compañeros, a las familias o a los alumnos, pero para que esta ayuda sea eficaz es necesario respetar ciertos límites u órdenes como los llamó Hellinger. 

En este curso vamos a trabajar los siguientes temas: 

– Ayudar desde mi lugar, si me lo piden y si es algo que yo puedo hacer: no ir más allá de lo que me han pedido, no dar ayuda del terapeuta o de consteladora, no tomar el sitio de los orientadores o de los psicólogos aunque tenga formaciones diferentes. Me pagan por dar clases de mi materia.

– Respetar el destino de los alumnos, de los compañeros, de las familias, por más duros que sean. Acompañar desde la compasión. 

– Ayudar desde el adulto. No hacer de madre, no querer salvar. 

– Conocimiento sistémico: tener en cuenta que cada niño o noña tiene unos padres, imaginar a esos padres siempre detrás del niño. Tener en cuenta que los niños llevan cargas por sus padres, son amor puro a su sistema familiar. 

– Estar al servicio de la reconciliación: No entrar en descalificaciones de personas que no conocemos. Poder tomar en el corazón a la persona excluida en la persona a la que estamos atendiendo. Ser agente de reconciliación y no de separación. 

En este curso trabajaremos las diferentes órdenes de la ayuda.

El AT ha entendido que cuando vivimos no somos algo homogéneo o coherente con nosotros mismos. A veces nos sentimos integrados, oportunos. De repente pasa algo que me recuerda algo del pasado y  estoy viviendo emociones o comportamientos infantiles.

Vivimos como si tuviéramos tres personalidades:

Una de adulto: estás presente, aquí y ahora, veo a los demás, soy creativo, me emociono con lo que ocurre en el momento presente. Lo que dirige todo en mí es mi faceta adulta: acepto todo como es y soy responsable de mí mismo.

Una de padre (nutritivo, protector, crítico): es cuando decimos a los demás lo que tienen que hacer: sería mejor que tú … Estamos imitando a alguien grande de la infancia, alguien que nos influyó. 

Una faceta de niño: (libre o sumiso.adaptado ó rebelde). Cuando estoy en el niño estoy en una reacción que ya he vivido antes, reaccionamos de una manera muy repetitiva. Estamos imitándonos a nosotros mismos cuando éramos niños

Es muy importante que los profesores podamos detectar estos tres estados en nosotros mismos para que nuestra práctica educativa sea eficaz. 

En este curso trabajaremos los siguientes temas: 

– Nuestros tres estados: cual es mi estado dominante con los alumnos, con la dirección, con los padres de los alumnos?

– La manipulación: los roles de la manipulación, las emociones secundarias de manipulación, la triangulación, el triángulo dramático de Karpman. 

– Cuál es mi rol favorito en la manipulación. Cómo detectar la manipulación en los demás.

Otro tema importante para los profesores es el conocimiento y reconocimiento de las emociones. En el aula una gran parte de lo que se vehicula, de lo que se llama currículo encubierto,  son las emociones y las relaciones entre todas las personas que interaccionan entre sí en el aula. Es  de mucha ayuda para el profesor poder vivir, reconocer y liberar sus emociones y poder traducir lo que están viviendo los demás. 

En este curso vamos a trabajar los siguientes temas: 

– Qué son las emociones y para qué sirven

– La diferencia entre emociones primarias y secundarias

– Las principales emociones primarias. El emociograma.

– Clasificación de las emociones secundarias.

– El trabajo con diferentes emociones: la ira (secundarias: enfado, violencia, rencor, resentimiento), la tristeza, el amor, la alegría, el miedo, el dolor, la culpa y la vergüenza.

El conflicto es la base del crecimiento humano. Detrás de un conflicto siempre hay una información importante para nosotros. El conflicto nos empuja a ver algo en nosotros mismos en el presente, a ir a nuestra infancia o a nuestra vida para descubrir algo que no habíamos visto o integrado o a ir al pasado de nuestros sistema familiar para liberar algo doloroso. El conflicto nos conmina a actuar: Ver algo, respetar algo, soltar algo … Pero nos resulta más fácil echar las culpas fuera. Decirnos a nosotros mismos y a los demás que el culpable es el otro. Teniendo en cuenta que el otro también va a pensar lo mismo que yo  y que me va a hacer espejo en el inmovilismo, no nos queda más remedio al cabo de un tiempo que volvernos hacia nosotros mismos o a nuestro pasado para ver lo que necesita ser visto para que esa situación pueda cambiar.

En este curso vamos a trabajar:

– La descripción del conflicto y nuestra actitud para resolver

– El concepto de sombra de Carl Jung

– Las fuentes del conflicto: ejercicios sistémicos

– El conflicto en la escuela: conflictos entre alumnos, alumnos entre alumnos y profesores, cómo acompañar en la resolución de conflictos.

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