Las Nuevas Constelaciones Familiares son por una parte una filosofía de vida y por otra una herramienta de crecimiento personal. Son una herramienta para poder ver y sanar cuestiones de nuestro pasado que nos bloquean. En los primeros años de nuestra vida podemos pensar que somos seres individuales y que nuestro éxito sólo depende de nosotros, pero con el tiempo vemos como hay facetas en las que tenemos dificultades una y otra vez.
Las constelaciones familiares nos permiten desplegar fuera de nosotros esa dificultad para ver dónde se originó, descubriendo que algunas veces fue generaciones atrás. Esto se hace a través de representantes. Podemos representar a cualquier persona viva o muerta o algo abstracto como el amor, la enfermedad. A partir del movimiento de los representantes y de su sentir, nos llega información sobre el presente y el pasado de la persona constelada. Y a través de las decisiones conscientes de la persona y de su movimiento interno se puede llegar a cambios profundos en su vida.
¿Cómo nos vinculamos con los ancestros? A la vez que recibimos toda la información genética de nuestro sistema familiar, en constelaciones comprobamos como cada persona recibe parte de las cargas emocionales no resueltas. Las dinámicas sistémicas más frecuentes son: “Yo como tú”, es decir, la repetición de patrones y de situaciones y, “Yo por ti”, la compensación de los daños no asumidos a través del sufrimiento y el fracaso del descendiente.
En la constelación se trata de llegar a esta promesa inconsciente, hecha desde el estado niño, para poder dejarla en el pasado y poder compensar desde el estado adulto: “ todo terminó, ya no hay nada que pagar” “Elijo la vida, la alegría, el presente al precio que os costó a vosotros”
A veces me preguntan ¿Tú crees que tengo que constelar? Y mi respuesta siempre es la misma: siéntelo tú. El cuerpo da una respuesta inmediata a esta pregunta. Si me siento confiado, con apertura es que sí. Si siento miedo y desconfianza es que no.
Se puede constelar para un hijo, para un nieto, para la pareja, quizá para una ex-pareja.
No se puede constelar para mis padres, para las decisiones de mis hijos adultos, para mis hermanos.
Es importante encontrar el tema principal de la persona en este momento porque de esta manera va a poner toda su energía en dar el paso adecuado. A veces no coincide con el tema que la persona había pensado en un principio. Encontramos el tema con la ayuda del guía biológico.
Normalmente los consteladores no decimos a nadie cuando tiene que volver. La persona vuelve a constelar cuando siente el impulso. Los consteladores no somos terapeutas al uso de manera que dejamos la responsabilidad de su proceso a cada persona que solicita acompañamiento.